Huevos rebozados

Ingredientes : 

4 Huevos 
50 grs de Jamón Serrano 
1 litro de Salsa Bechamel 

Huevos 
Pan rallado 
Aceite de Oliva Virgen Extra 
Preparación : 

Ponemos los huevos a cocer en agua. Desde el momento que empiecen a hervir los dejamos 10 minutos. Los enfriamos y los pelamos. Los partimos por la mitad a lo largo y sacamos las yemas. Picamos muy fino el jamón y lo juntamos con las yemas desmenuzadas. Rellenamos otra vez los huevos con esta mezcla y los reservamos. 
Preparamos una bechamel espesa con esta receta
Humedecemos una bandeja limpia con agua y vamos poniendo cucharadas de bechamel del tamaño de los huevos, ayudándonos con el dorso de la cuchara. Dejamos enfriar un poco y ponemos en cada montoncito un huevo boca abajo. 

Cubrimos de bechamel cada uno de ellos, de manera que queden totalmente envueltos. Dejamos enfriar en el frigorífico por lo menos una hora. 
Los sacamos del frigorífico y nos ayudamos con una espátula para despegarlos bien y los vamos empanando. Primero los pasamos por pan rallado, después por huevo batido y terminamos de envolverlos en pan rallado otra vez. Hay que formar una costra firme y que cubra bien cada huevo. Antes de rebozarlos, si sobrara bechamel por los costados, la recortamos. 

Los freímos en abundante aceite de oliva caliente y los sacamos a un papel de cocina absorbente para retirarles el exceso de grasa. Los servimos inmediatamente, acompañados de patatas fritas. 
Una variedad más de los típicos “Fritos” del País Vasco. Y ya sabéis que, aunque son preparaciones trabajosas, tienen la ventaja de que se pueden preparar con antelación y a última hora solamente tenemos que freírlas. 

Es un plato exquisito y muy difícil de encontrar fuera de casa, precisamente por lo laborioso de su preparación. Pero yo creo que merece la pena y además es uno de esos platos que, al prepararlo, haces el doble de cantidad, casi con el mismo esfuerzo, la congelas y lo tienes listo para otro día, sin acordarte del trabajo que te costó hacerlo. 

Los huevos se podían haber rellenado de jamón cocido o haberles añadido un poco de cebolla pochada o del relleno que a cada uno le apetezca más. Las variaciones son muchas y el resultado siempre exquisito.

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