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Ingredientes :

* Matlouh

2 Bols de Sémola de Trigo fina (450 ml. Aprox)
2 cucharaditas de sal
25 gr de Levadura fresca
 cucharadita de Azúcar
4 cucharadas de Aceite de Girasol
Agua Tibia (200/250 ml. Aprox)

* Batbout

200 grs de Harina T45 (de repostería muy fina)
50 grs de Sémola de Trigo fina
10 grs de Levadura fresca
160 ml de Agua Tibia

Preparación :

La preparación es la misma para los dos panes. Son dos versiones de un mismo pan. Disolvemos la levadura en un poco de agua tibia.

Podemos hacer la masa a mano ó con la ayuda de una amasadora. El proceso es el mismo. Mezclamos todos los ingredientes, excepto el agua. Añadimos un poco de agua para empezar a amasar. Seguimos añadiendo agua hasta que la masa quede firme. No tiene que estar ni líquida ni dura. Tiene que formar bola, pero tiene que ser manejable. Si nos pasamos con el agua, añadimos más harina. Esto va a depender la calidad de la harina y de la sémola.

Dejamos reposar los panes en una bandeja enharinada, tapados con un paño, por lo menos 1 y ½ horas. Hasta que doblen su volumen.

Pasado este tiempo ponemos una sartén al fuego, del tamaño de los panes. Podemos untar la superficie de los panes con un poco de aceite ó no y los ponemos en la sartén. Dejamos dorar a fuego suave. Pinchamos con un tenedor la superficie de los panes, para que entre el calor. Damos la vuelta y hacemos lo mismo. Los panes estarán listos cuando estén bien dorados, sin olvidarnos de tostar un poco los bordes.

Se sirven calientes ó templados.

Estas palabras entre otras y la receta las he copiado del blog “Le Palais des delices” , que a su vez la ha cogido del blog “Evasion Culinaire”. Ellas hacen la versión de Argelia. La otra versión, la de Marruecos es del blog “Paprikas”. No os perdais las fotos de los platos que utilizan para hacerlos. Pero va a ser que no, no se puede tener todo…

La verdad es que resulta un pan muy curioso, muy fácil de hacer, muy sabroso y que combina perfectamente con cualquier plato de la cocina del Magreb. Esos platos fuertes, contundentes, llenos de salsa, son perfectos para este pan. Su miga absorbe mucho líquido y por lo tanto ideal para mojar….Os imaginais el pan con un “pollo con aceitunas” ó un “pollo marroquí” ó con un “pollo con cous-cous”,…? También sirve para desayunar, con mermelada ó con queso. Sirve para todo.

Además se prepara muy rápido y se puede congelar una vez hecho. Después se calienta envuelto en papel de aluminio y queda listo para comer. La sémola de trigo fina, la he comprado en una carnicería marroquí que han abierto aquí, en Nerja, como creo que existe en casi todos los pueblos de España. Igual que las tiendas de los países del este, que ya están en casi todos los pueblos. Tenemos que saber aprovechar esta diversidad y agrandar los límites de nuestros recetarios.

Hace poco ha sido el ramadán para los musulmanes y en los blogs de personas de esta religión, antes y durante estas fechas, publican recetas increíbles. Tienen un repertorio de platos principales, postres y panes espectacular. Hacen lo mismo que nosotros en navidades, echan el resto y tienen recetas variadísimas y realmente suculentas.

Preparación :

Pelamos los mangos y los partimos en trozos. Picamos la cebolla en brunoise, muy pequeñita. Hacemos lo mismo con el jengibre y el diente de ajo.

Mezclamos el azúcar y el vinagre en un cazo y los ponemos al fuego. Dejamos hervir suavemente hasta que se disuelva el azúcar totalmente.

Añadimos el resto de los ingredientes y dejamos hervir, destapado, hasta que se haga sirope. Aproximadamente durante 45/60 minutos. Removemos de vez en cuando durante la cocción.

Cuando ya está terminado podemos triturarlo un poco con la batidora, dependiendo del uso que vayamos a hacer de él. Si se va a utilizar para untar carnes, es mejor que esté más triturado. Si se utiliza como acompañamiento, se puede dejar con más tropiezos.

Una vez terminado, lo podemos envasar en frascos de cristal, como cualquier otra conserva.

He probado varias recetas de chutney de mango, porque me gusta mucho y lo utilizo en varias recetas, pero ésta es la que hasta ahora, me ha gustado más. Es más sabroso y más suave que otros. La receta es del blog “Simply Recipes”.

Por ahora tengo publicadas dos recetas en las que utilizo el chutney de mango : "Lomo de Cerdo a la Naranja y al Mango" y el “Coronation Chicken”. Probadlas, que merecen la pena.

Ingredientes :

500 grs de Tallarines
½ litro de Leche
100 grs de Jamón Cocido
2 Huevos
Queso Parmesano Rallado
Sal
Mantequilla

Cuando empiecen a absorber el agua y quede muy poca (unos tres/cuatro minutos), les añadimos la leche y removemos bien. Si nos hubiéramos pasado con el agua, pasados cuatro minutos del hervor, retiramos el agua sobrante y añadimos la leche. Dejamos hervir suavemente, removiendo de vez en cuando y con cuidado de que no se pegue al fondo del cazo.

Notareis que yo siempre utilizo tallarines en vez de espaguetis. Me gustan más. Es una manía, pero me gustan más. Aunque esta vez he usado unos nidos de pasta, que son más anchos que los tallarines, pero al igual que ellos son planos. Eso es lo que me gusta.

Ingredientes :

6 Zanahorias
½ k de Guisantes congelados
30 grs de Mantequilla
Sal

Preparación :

Ponemos los guisantes en una fuente con papel absorbente, para que se descongelen y pierdan el agua.

Pelamos las zanahorias y las cortamos en trozos, dependiendo del tamaño de la zanahoria. Los trozos tienen que ser de bocado. Los torneamos con la ayuda de una puntilla (cuchillo pequeño) dándoles forma redondeada.

Cocemos la zanahoria al vapor durante 15 minutos aproximadamente, hasta que estén tiernas. Las dejamos secar bien para rehogarlas.

Ponemos en una sartén la mantequilla, a derretir, a fuego suave. Añadimos las zanahorias y removemos bien. Seguido, añadimos los guisantes, echamos sal y seguimos removiendo, para que se impregne todo de mantequilla. Dejamos cocinar durante 10 minutos aproximadamente y servimos caliente.

En mi casa se utilizan mucho las zanahorias y los guisantes como guarnición de carnes con salsa. En esta ocasión he hecho las zanahorias al vapor en vez de cocidas, porque estoy empezando a utilizar este sistema de cocción de verduras, siguiendo los consejos de Carlos de “Mercado Calabajío”. Tengo que reconocer que quedan mucho más sabrosas, con mejor textura y sobre todo, mejor color.

Si se tiene acceso a zanahorias pequeñas y tiernas, desde luego no dudéis en usarlas. Yo, por desgracia, en muy raras ocasiones encuentro ese tipo de zanahorias y por eso tengo que tornear las grandes, mucho más duras.

Los guisantes frescos no se encuentran en cualquier temporada, por eso he usado congelados. Normalmente utilizo guisantes envasados del tipo “petits pois extra fines”, que son el tipo de guisante francés, más pequeño, más oscuro y muchísimo más suave. Pero en este caso, como era una guarnición para un plato inglés, utilicé los congelados, que aunque se parecen, no llegan ni por asomo a los típicos guisantes ingleses extra-verdes, extra-grandes y a veces extra-duros. 

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1 caja de Lasaña al Huevo 

½ Kg de carne de Ternera picada 

100 gr de Jamón Serrano picado  

2 Zanahorias 

1 Cebolla 

2 dientes de Ajo 

1 copa de Jerez seco 

1 taza de Salsa de Tomate

Perejil  

Sal 

Pimienta negra 

Aceite de Oliva Virgen Extra

Queso rallado 

Mantequilla

1 litro de Salsa Bechamel

Preparación : 

Empezamos preparando el relleno de la lasaña. Picamos muy finos la cebolla, el ajo y las zanahorias. Ponemos dos cucharadas de aceite en una sartén profunda, y añadimos las verduras. Las rehogamos y las dejamos pochar a fuego suave hasta que estén tiernas. 

Añadimos la carne y el jamón muy picado y los mezclamos bien. Dejamos que se fría la carne y a continuación vertemos el jerez por encima, dejamos que evapore, e incorporamos la salsa de tomate y el perejil picado. Removemos todo bien y añadimos sal y pimienta al gusto. Dejamos que se cocine todo junto unos 10 minutos, para que espese el relleno y se cocine bien la carne.

Ponemos una olla con agua, para hervir la pasta. Cuando rompa el hervor, añadimos la sal. Vamos echando al agua las hojas de lasaña una a una, para que no se peguen y removemos de vez en cuando, para que queden separadas. 

Dejamos que hiervan el tiempo que ponga en la caja (de 7 a 10 minutos). Las escurrimos en un colador y las enfriamos debajo del chorro de agua fría. Extendemos un paño de cocina sobre la encimera y se vamos extendiendo las láminas de pasta para secarlas totalmente y que no se deformen. 

Preparamos la salsa bechamel, según esta receta. 

Con todos estos pasos anteriores tenemos preparados todos los ingredientes para poder montar la lasaña. Engrasamos una fuente de horno y la cubrimos con una capa de pasta, a continuación otra capa de carne y otra de bechamel y por último una de queso rallado. 

Volvemos a repetir todas las capas, terminando con una de queso rallado. Ponemos por encima trocitos de mantequilla y metemos la fuente al horno a gratinar, hasta que esté dorado. Si no la vamos a comer en el momento, la dejamos sin gratinar y lo hacemos justo para comerla. Lo mismo, si la queremos congelar.

Esta receta la hacía mi madre desde finales de los años 70, ya que la publicó Mª Jesús Gil de Antuñano en el Telva. Fue toda una novedad, por lo menos para nosotros y cuando venía alguien a comer a casa, alucinaban. (Tened en cuenta, que en Bilbao, el primer restaurante italiano se abrió en los años 80 y fue toda una innovación…Don Angelo). 

Es una receta fácil, sencilla y realmente deliciosa. A mi me gusta que quede muy jugosa, por lo que la salsa de tomate y la bechamel son abundantes. No soporto cuando vas a un restaurante y pides lasaña y te sacan un ladrillo que se corta como un bizcocho reseco. Me gusta que esté cremosa y sabrosa. 

Realmente se le podía dar un toque más italiano echándole un poco de orégano o haciendo la salsa tomate con albahaca u orégano. Va en gustos, pero la receta original del Telva es así.

.Teatro Romano

Museo Nacional de Arte Romano

Casa del Anfiteatro

Casa del Mitreo

La Alcazaba

Puente de Calatrava

Puente Romano

Parador de Mérida

Ayuntamiento de Badajoz

Catedral de Badajoz

Puerta de Palmas

Arco de Jerez

Plaza Grande

Parador Nacional de Zafra

Centro Histórico de Cáceres

Plaza Mayor

Castillo de Trujillo

Parador Nacional de Trujillo

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Palacio del Marqués de Mirabel

Parador Nacional de Plasencia

Esta es la parte de la visita turística, cultural y gastronómica. Pero como comprenderéis también he hecho compras, muchas compras….. Creo que de los productos extremeños no me ha quedado ninguno por probar ó por comprar. Tienen productos verdaderamente deliciosos, una gran variedad de artículos y mucha calidad.

He comprado dos libros de cocina de la cocina conventual de las Clarisas, uno de dulces y otro de recetas de cocina y un libro pequeñito de cocina extremeña, que voy a estudiar con detenimiento, porque no tiene desperdicio. También ha caído algo de artesanía, encaje de bolillos, cerámica y madera, pero poco. No había sitio para más.

La feria fue pequeña, con pocos expositores, pero a mi personalmente me permitió conocer nuevas empresas que tienen productos de repostería y sobre todo me compensó ir, por el rato que pasamos allí. Nos juntamos Los Mol, Los Trotamundos, Cristina y Cia, Idania y nosotras ( mi hermana Paloma, mi sobrina María que vive en Madrid y yo). Por la noche también vimos a Mar. Lo que formamos allí, comprando, fue poco…..nos hicimos notar de una manera …. Y una se lleva la fama de compradora, pero hubo algunos, que salieron de allí necesitando un carrito….
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Una revista de repostería, porque no tenía suficientes.....
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El remate fue el Mercado de San Miguel. Antes, nos fuimos a comer a “Las cuevas de Luis Candelas”, que sí, que ya se que es para turistas, pero nos quedaba a mano y nos traía recuerdos de familia…..
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El Mercado de San Miguel es espectacular. Podéis ver el blog de Bea y el de Lidia y ellas también han estado. El único inconveniente, es la cantidad de gente que hay. Como se puede comer y beber en los diferentes puestos, creo que lo mejor sería ir entre semana y muy tempranito, cuando solo haya gente comprando. Si no, la verdad, es que resulta incómodo pegarse con todo el mundo, para conseguir que te atiendan. De todas formas algunas cosas cayeron.
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El pescado fresco, la carne, el pan,….no se podían traer. Al puesto de bacalao no fui capaz de llegar, ni al de quesos. Los embutidos ya habían cubierto el cupo en Extremadura y para cuando llegué al puesto de Lhardy, ya no tenía ni ganas de comprar.
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