¿Conocéis Andalucía? Estoy segura de que una mayoría de vosotros decís que sí. Andalucía es una de las regiones más visitadas de España y más conocidas. Y estoy segura de que, si os pido que penséis en una calle de Andalucía, en una imagen de cualquiera de sus pueblos, a muchos de vosotros os vendrá a la cabeza una, la de sus miles de calles estrechas de casas blancas, de flores y por supuesto de naranjos. Creo que no habrá muchos pueblos de Andalucía que, en sus calles, en sus plazas, en sus jardines o sus parques, no tengan naranjos. Son todo un símbolo de esta tierra.
Pues bien, esos naranjos que os podéis encontrar por toda Andalucía, producen naranjas amargas. Son una variedad de naranjo, llamado “Naranjo de Sevilla” que produce unas naranjas no aptas para el consumo como fruta y que se introdujeron en el Mediterráneo desde Asia, como árbol ornamental.
Por lo tanto, no es fácil encontrar esta fruta en los mercados, ya que no se cultiva para comercializar sus frutos, pero en Andalucía, si es fácil encontrar un árbol de donde recoger las naranjas. Los anglosajones llaman a esta naranja “Naranja de Sevilla”, nombre mucho más bonito que el de “Naranja amarga” (esto ya os lo conté en la receta del “Bizcocho de Naranjas de Sevilla”).
En Málaga, además, tenemos una comarca, la del “Valle del Guadalhorce”, que entre otros muchos cultivos (espectaculares), se dedica al cultivo de todo tipo de cítricos: naranja, mandarina, limón, pomelo,…. Uno de los pueblos de esta zona es Álora.
Por eso, cuando quiero “Naranjas de Sevilla” para hacer algún postre o hacer esta mermelada que os enseño hoy, llamo a nuestra amiga Juana y en su siguiente visita a su pueblo, Álora, vuelve cargada de kilos y kilos de naranjas amargas, que desbordan mi cocina…. Y de paso también trae naranjas de zumo, de mesa, limones, clementinas,…. y en verano tomates espectaculares. Las primeras las recogen de las calles de su pueblo, el resto es de cultivo. ¡!Mil gracias Juana!!
La “Mermelada de Naranjas de Sevilla o Amargas” no deja indiferente a nadie: o te gusta o no la soportas. A mi me encanta, pero en dosis pequeñas. Ya había preparado otras veces esta mermelada y la he usado en recetas como el “Bizcocho de Naranjas de Sevilla” o el “Orange Tian”. En ellas os propongo otra forma de hacer esta mermelada, que no tiene nada que ver con la que he hecho en esta ocasión, que es ¡!mil veces más rica!! En unos días os enseñaré otra receta para utilizarla…
La receta que he preparado en esta ocasión la encontré en el blog “Recetas de cocina de Inma” y me pareció perfecta y estaba segura de que iba a conseguir una mermelada de lujo, muy parecida (yo diría que mucho mejor) a la que se comía en mi casa de toda la vida, ya que mi padre siempre compraba las mejores mermeladas inglesas de naranja amarga, que encontraba por donde viajaba. Era un vicio. Y en concreto, este año, las naranjas están especialmente amargas, lo que ha hecho que la mermelada tenga un punto extra de amargor, perfecto.
La forma de cocinarla es un poco entretenida, es verdad, lleva su tiempo, pero merece la pena. El secreto de esta mermelada es, por supuesto, la calidad de las naranjas y por otro lado, conseguir la textura perfecta. Eso se consigue con la pectina de las semillas, con los plazos de reposo y con el tiempo de hervor, que no debe de ser demasiado prolongado, para que no oscurezca demasiado. ¡Ah! Y si queréis que se conserve más bonita, tapad el frasco donde la conservéis, para que no le dé la luz, !mantendrá su precioso color naranja original!.
Ingredientes :
Naranjas amargas
Azúcar
Agua
Preparación :
La cantidad de naranjas que utilicemos va a depender de la cantidad de mermelada que queramos hacer. No importa cuantas usemos, los ingredientes los iremos pesando según avanza la receta.
Empezamos lavando bien las naranjas, ya que utilizaremos la piel. Las pelamos cortando las dos puntas, que descartamos y cortando la piel a tiras. Cuando tengamos todas peladas, cortamos las pieles en tiritas finas, con mucha paciencia.
Una vez que terminemos con las pieles, preparamos el interior de las naranjas. Tenemos que separar por un lado las pepitas y por otro la pulpa interior de los gajos, despreciando las pieles. A mí, me resulta más cómodo hacer este proceso con las manos, aunque nos podemos ayudar de una puntilla o una cucharilla.
Cuando tengamos todas las naranjas preparadas, podemos empezar a hacer la mermelada. Por un lado, juntaremos las pieles cortadas en trocitos, con la pulpa de las naranjas. Pesamos esta mezcla y añadimos 2 vasos de agua por cada kilo de masa. Mezclamos bien y reservamos. Por otro lado, a las pepitas que hemos sacado, les añadimos un vaso de agua y reservamos. Dejamos reposar estas dos preparaciones 24 horas.
Al día siguiente, colamos el agua de las pepitas sobre la otra mezcla, aplastando muy bien a las pepitas para que suelten toda la gelatina que tienen alrededor. Es espectacular la cantidad de pectina que tienen. Debemos aprovechar la mayor cantidad posible. De este paso va a depender la textura de la mermelada que obtengamos.
Ponemos toda la mezcla en una cazuela de fondo grueso y la llevamos a ebullición. Dejamos que hierva unos 30 minutos, hasta que las pieles estén tiernas. Pasado ese tiempo, volvemos a pesar la mezcla y añadimos 1 kilo de azúcar por cada kilo de mezcla. Removemos bien y dejamos reposar la mezcla hasta que se enfríe o mejor de un día para otro.
Al día siguiente, volvemos a poner la mezcla al fuego. La llevamos a ebullición y dejamos que hierva a fuego medio, removiendo de vez en cuando para que no se pegue al fondo, durante 30 minutos aproximadamente. Tenemos que conseguir una mermelada transparente y espesa.
En cuanto esté lista, en caliente, la guardamos en frascos de cristal (que habremos lavado en el lavavajillas para esterilizarlos), los cerramos bien y los dejamos enfriar bocabajo. Una vez fríos, podemos guardar la mermelada hasta un año sin problema.
8 comentarios
Yo no he probado nada con esa variedad de naranja, aunque sí las conocía. Tu mermelada tiene una pinta riquísima :)
ResponderEliminar#madredelamorhermosoquericura
ResponderEliminarEstoy alucinando Begoña, ¡me encanta! Qué elaboración tan maravillosa, y te digo, esta es LA MERMELADA, es sin duda mi mermelada favorita. La que le decía a mi hermano que comprara junto con las de moras cuando era un chaval, una pasada. Me quedo esta receta para hacerla, vamos que sí, siempre y cuando tenga una oportunidad de conseguir esta naranja, naranja que por aquí no cuaja, como la de ningún cítrico.
ResponderEliminarTendremos que ponerle remedio.....
EliminarSegún me cuenta mi hermano sí que se ve esta variedad en algunos chalets por Madrid con buena orientación y en zonas cálidas, es más resistente al frío que el naranjo normal, no lo sabía. Pero, no se tiene acceso a ellas como por abajo.
EliminarPor ahora solo probé mermeladas de naranjas de valencia pero la tuya tiene muy buena pinta, felicidades!
ResponderEliminarHermoso blog es impresionante lo sabrosa que se ven tus comidas saludos Bego y gracias por compartir
ResponderEliminarLo haré sin duda, porque a mi marido le encanta está mermelada.Gracias.
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