Ingredientes :
500 grs de Bacalao
75 ml de Aceite de Oliva Virgen Extra
2 Pimientos Rojos asados
2 Cebollas
3 dientes de Ajo
2 Pimientos Verdes
3 Pimientos Choriceros
4 Tomates maduros
Cayena
Sal
3 Patatas
6 Huevos
Preparación :
El bacalao lo habremos desalado con anterioridad, 48 horas a remojo en agua fría, cambiándole el agua cada 8 horas. Pasado ese tiempo y ya para utilizarlo, lavamos cada trozo de bacalao en el grifo de agua fría y lo ponemos a escurrir sobre papel absorbente.
Los pimientos rojos los tendremos asados, pelados, sin pepitas y cortados en trocitos. Las cebollas la pelamos y las troceamos en brunoise, en trozos muy pequeñitos. Hacemos lo mismo con los dientes de ajo y troceamos de la misma forma los pimientos verdes.
A los pimientos choriceros les quitamos el rabillo y las pepitas y los ponemos a remojo en agua con al menos, dos horas de antelación.
Los tomates los pelamos, les quitamos las pepitas y los troceamos en cuadraditos.
En una sartén grande ponemos a calentar el aceite. Añadimos la cebolla y el ajo picados y los ponemos a pochar unos 10 minutos a fuego medio. Cuando ya estén un poco tiernos, añadimos los pimientos rojos y verdes. Removemos bien, echamos un poco de sal y dejamos que sigan pochándose otros 10/15 minutos.
Mientras tanto sacamos los pimientos choriceros del remojo, los secamos y con una cucharilla, raspamos para sacar toda la carne.
Y por otro lado, en otra sartén, ponemos un poquito de agua con el bacalao. La tapamos y dejamos que el bacalao se haga un poquito al vapor. Con 5 minutos, tendremos suficiente. Sacamos los trozos de bacalao, les quitamos la piel y las espinas y reservamos.
Añadimos la carne de los pimientos choriceros a la sartén y removemos para que se distribuya bien. Desmenuzamos el bacalao, pero no mucho, mejor separamos las lascas, para trocearlo y lo incorporamos al sofrito.
Removemos todo un poco y dejamos que hierva lentamente 5 minutos más. No lo movemos mucho para que el bacalao no se desmigue demasiado. Probamos y rectificamos de sal a nuestro gusto. En este punto podemos añadir un poco de cayena, si nos gusta el picante.
Retiramos la sartén del fuego y ya estaría listo para comer. Podemos comerlo así mismo o acompañarlo de unas patatas fritas y huevo. Podemos freír unas patatas en dados y batir unos huevos y cuajar todo junto como un revuelto. Esta es la forma tradicional, aunque normalmente, para esta preparación, se desmiga más el bacalao.
O podemos freír unas patatas paja y unos huevos en abundante aceite y servir en cada plato una ración del bacalao ajoarriero, cubrirlo con patatas y rematar con el huevo frito. IMPRESIONANTE.
Siendo el bacalao ajoarriero un plato muy tradicional de la cocina vasca, no recuerdo que mi madre lo preparara en casa. A mi me encanta. El sofrito de cebolla, pimiento y tomate, creo que es una de las mejores combinaciones que se dan en la cocina (la otra que más me gusta es la mantequilla, harina y leche: bechamel), y si a eso le añadimos el bacalao, solamente podemos obtener un resultado de lujo. Y si además lo mejoramos con patatas y huevos, el plato se convierte en un manjar.
Y aunque ahora este sofrito, para este plato, se suele hacer con pimientos del piquillo, en mi casa siempre se ha hecho con pimientos morrones. No hay duda de que los primeros son más suaves y finos, pero a mi los pimientos rojos me gustan muchísimo y creo que llego a abusar de ellos. Todo lo acompaño con pimientos rojos. Por eso, siempre tengo en casa pimientos asados caseros en conserva o congelados.
Esta es una de esas recetas que has ido haciendo sin saber muy bien su origen exacto y que vas adaptando a tus gustos, pero hay dos detalles, la forma de hacer el bacalao (yo antes lo preparaba con aceite) y el remate de las patatas paja y el huevo fritos, es copiado de la receta de Carlos Dube, de
Mercado Calabajío.
Ya sabéis la devoción que tengo por él y cuando publicó esa receta, no pude resistirme, la probé de inmediato y lo que antes era un plato relativamente ligero, que comíamos habitualmente, se ha convertido en un plato reservado para ocasiones contadas, porque yo no puedo comer esa grasa de las patatas y el huevo frito, me sienta fatal… pero el día que lo como, disfruto tanto… que se ha convertido en uno de mis platos favoritos!!!!
Una vez más, gracias Carlos!!!
Los pimientos choriceros me los manda una amiga de Bilbao, Aintxane Prado, compañera de colegio de mi hermana Ana, que todos los años, si el año es bueno, se acuerda de nosotras y, de su propia cosecha, nos prepara un montón de pimientos secos y nos los manda. Son pimientos del año, seleccionados, carnosos y los prepara sin rabitos y sin pepitas, mucho más cómodos. Es un verdadero privilegio disfrutar de estos pimientos. Muchísimas gracias Aintxane!!!