Ingredientes :
400 grs de Champiñones
150 grs de Bacon
1 Lámina de Hojaldre
100 ml de Nata Líquida
80 grs de Queso Parmesano
Sal
Pimienta Negra
6 Huevos
Preparación :
Limpiamos y pelamos bien los champiñones y
los cortamos en láminas. Ponemos una sartén al fuego y cuando esté bien
caliente, añadimos los champiñones cortados y bajamos el fuego. Los salteamos
hasta que suelten el agua y se cocinen un poco. Los reservamos.
Cortamos el bacon en trocitos y lo sofreímos
en la misma sartén. Cuando empiece a coger color, le echamos los champiñones
por encima y cocinamos todo junto 2 o 3 minutos.
Engrasamos bien 6 cazuelitas. Cortamos en la
lámina de hojaldre, 6 círculos un poco más grandes que la base de las
cazuelitas. Cubrimos con ellos las cazuelitas, adaptando bien la masa a las
paredes de las mismas.
Precalentamos el horno a 180ºC. Mezclamos en
un bol la nata con el queso parmesano rallado. Salpimentamos a nuestro gusto.
Rellenamos cada cazuelita con la mezcla de
champiñones y bacon. Rompemos encima de cada una, un huevo y acabamos de
rellenar con la mezcla de nata y queso.
Horneamos las cazuelitas 20/25 minutos, hasta
que se empiecen a tostar por encima y el huevo no llegue a hacerse del todo.
Servimos bien caliente.
Esta receta tan tonta, es una de esas recetas
que te resuelven una cena en un momento y que se pueden hacer con las cosas que
vas encontrando por la nevera.
Yo siempre tengo champiñones preparados, listos para usar, en el congelador. Así que si un día tengo un poco de bacon, jamón, chorizo o
cualquier otro resto, enseguida preparo unas tartaletas de este tipo.
Antes, en broma, siempre decía que yo tenía
dos defectos: uno, fumaba y dos, no conduzco. Lo del tabaco lo solucioné hace
años, lo del carnet de conducir no. Así que utilizo mucho el transporte
público, sobre todo el autobús, pero también mucho el taxi.
Y por eso conocemos y nos conocen muchos
taxistas de todas partes, somos buenas clientes…. El otro día, teníamos que coger
un taxi en Torre del Mar y llamamos al taxista que conocemos en esa zona.
Cuando nos bajamos del taxi y le pagamos, nos dice: esperen un momento, tengan,
me los acaba de traer mi padre del campo, pero no importa, yo le pido más.
Prueben estos huevos recién puestos.
Os podéis imaginar la cara de felicidad que se me
puso a mi, siempre soñando con los huevos frescos de Ana Ruiz de Almería, de
gallinas criaditas en familia…. Al día siguiente cayeron estas cazuelitas tan
sencillas y deliciosas. Es resto de los huevos se convirtieron en natillas y
tortillas…..
5 comentarios
jejeje, así que los taxistas encantados con vosotras. Bueno, pues fue un detallazo desde luego, a mí que me dejen de jerseys, colonias y gaitas. Huevos de granja, tomates de verano, buen aceite y buen chocolate!
ResponderEliminarSe ven estas tartaletas deliciosas!
La verdad es que no hay color cuando los huevos son caseros. Un plato exquisito, me recuerda a la quiche lorreine, pero diferente. Bss.
ResponderEliminarQue ricas y con esos huevos.....
ResponderEliminarMuas
Eso es cuidar bien a la clientela....ja,ja.
ResponderEliminarHuevos caseros, ahí es nada.
Un abrazo,
María José
Chiquilla! es que con esa materia prima...vaya envidia de bocado!
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