Desde que descubrí la cocina a baja temperatura, intento hacer recetas con esta técnica, porque me gusta mucho como quedan los ingredientes: jugosos, tiernos, sin perder color,… Por supuesto, todas las recetas a baja temperatura se pueden hacer de forma tradicional y quedan también estupendas.
Por eso, cuando encuentro recetas cocinadas a baja temperatura, con ingredientes de los que sé que en mi casa triunfan, no dudo en probarlas. Esta receta en concreto la encontré en la página “The Kitchn” y en cuanto la ví, al ser tan sencilla, supe que nos iba a gustar. Y no me equivoqué.
Es un pollo sabroso, suave y super fácil de hacer. Y si se hace en la slow cooker, te olvidas de ella y no hay ni que cuidarla. Yo os recomiendo probarla y ya me contaréis….
Ingredientes :
1 Pollo entero
250 ml de Sidra
10 dientes de Ajo
Salvia fresca
1 Limón
1 palo de Canela
500 ml de Leche
Sal
Pimienta Negra
Aceite de Oliva Virgen Extra
Preparación :
Limpiamos bien el pollo y lo secamos con papel de cocina. Lo salpimentamos por todos lados y reservamos. Cubrimos el fondo de una sartén con aceite y cuando esté bien caliente, doramos el pollo por todos lados, sellando la piel. Lo hacemos a fuego fuerte, para que quede crujiente.
Colocamos el pollo en la cazuela de la Slow Cooker (o en una cazuela normal, si lo vamos a cocinar del modo tradicional). Vertemos la sidra en la sartén donde hemos dorado el pollo y removemos bien el fondo, para recoger todo lo que se haya quedado adherido. Dejamos que la sidra reduzca a la mitad y la vertemos sobre el pollo.
Añadimos a la cazuela los dientes de ajo sin pelar, las hojas de salvia, el palo de canela (yo no lo puse, no soporto la canela en platos calientes) y la piel de limón, cortada en tiras anchas. Vertemos la leche sobre el pollo y el resto de ingredientes.
Tapamos la cazuela y la dejamos cocinar unas 4 o 5 horas a baja temperatura. Cuando esté bien hecho, sacamos el pollo de la cazuela, lo trinchamos en varias piezas y lo servimos acompañado de su salsa, con todos los ingredientes. Si no nos gusta la textura de la salsa, que aparece con la leche cortada, podemos retirar los ajos, la canela las hojas de salvia y la corteza de limón y triturarla con la batidora, para que tenga una textura más homogénea.
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