Ventresca de Bonito al Horno

Ingredientes :

1 Ventresca de Bonito del Norte
Sal
Aceite de Oliva Virgen Extra
4 dientes de Ajo
1 Pimiento Choricero
Vinagre de Jerez
Perejil
Preparación :

Si no se es muy ducho, como es mi caso, en el corte y la elaboración de los pescados grandes, le pediremos a nuestro pescadero que nos saque la ventresca del bonito. Una vez en casa, la lavamos bien y la secamos con papel de cocina.
Precalentamos el horno a 200ºC con aire. Ponemos la ventresca en una fuente de horno, pincelada con aceite por todas partes y espolvoreada con sal.

Horneamos la ventresca 5/10 minutos, no más, lo justo para que se cocine (para mi gusto totalmente, que no quede crudo). Podemos poner el horno solamente con el grill, el bonito se dorará mejor por fuera, pero quizás quede más crudo, ya que si lo dejamos el tiempo suficiente para que se haga bien, seguramente se secará. Cada uno que lo haga a su gusto.
Mientras se hornea el bonito, cortamos los dientes de ajo en láminas y troceamos el pimiento choricero. Ponemos a calentar en una sartén 100 ml de aceite. Cuando esté bien caliente, añadimos el ajo laminado y el pimiento choricero. Esperamos a que se doren, retiramos la sartén del fuego y echamos un chorro de vinagre por encima. Tapamos muy deprisa la sartén, porque al echar el vinagre puede salpicar.

Cuando saquemos la ventresca del horno, vertemos el aceite con los ajos por encima, espolvoreamos con perejil picado y lo servimos inmediatamente.
El bonito es, para mi, uno de los platos más típicos del verano. Bonito es sinónimo de veranos familiares, de días lluviosos y de comidas sencillas. Y aunque desde hace ya muchos años, mis veranos son diferentes (calor, sol sin límites y trabajo, mucho trabajo…), el bonito no puede faltar en nuestra mesa.

A mi personalmente me gusta más el lomo del bonito que la ventresca. Ya sabéis lo que opino de estas partes más gelatinosas de los animales: carrilleras, kokotxas, ventresca y demás parientes… a mí, dadme el lomo, de cualquiera de ellos y os podéis comer todas estas delicias. Pero reconozco que si un bonito es fresco, del norte y está en su mejor época, la ventresca también es deliciosa!!

En mi casa yo no recuerdo que se comiera nunca la ventresca. Mi madre compraba siempre el bonito en rodajas. Pero si recuerdo que cuando yo era pequeña, en los restaurantes, preparaban lo que entonces se llamaba “ijada”. Generalmente se preparaba al horno, con aceite, ajos picados, pan rallado y perejil. Después pasó a llamarse ventresca y subió muchos peldaños en la escala social de los menús.

A mi me gusta ´más el pescado preparado “a la donostiarra”. Al horno, con sus ajos, su pimiento seco y el punto imprescindible del vinagre….  Y como ahora no me resulta tan fácil comprar un buen bonito, cuando tengo oportunidad suelo comprarlo entero. En la pescadería de Supercor, me separan la ventresca, el cogote y el resto, en rodajas del grosor que yo les diga.

Una delicia de verano….

2 comentarios

  1. Leyéndote es como si fuera mi casa, la ventresca nunca se ha preparado en casa y además el bonito siempre en rodajas. La ventresca la conocí en una barbacoa de amigos hará muchos años, y la verdad es cierto que se presta muy bien para el fuego vivo y una delicia. Tengo que decirte que en los pescados me pasa lo contrario que en las carnes, me gusta lo magro, no lo muy graso y gelatinoso, pero en la carne no. Pero ojo, no le hago ascos a un buen solomillo...

    Buen día!

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  2. Divina. Con todos los ajitos y el pimiento choricero... me encanta.

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