Me gusta buscar recetas diferentes por todas partes. Por Internet, lo mismo busco en los blogs de recetas, qué en páginas especializadas, qué en páginas de empresas del sector de hostelería o de restauración, qué por cualquier medio que me ofrezca recetas apetecibles para preparar en mi cocina.
Y por supuesto, me encanta buscar recetas en libros…. ¡!tengo una biblioteca de más de 500 libros de cocina!! Tampoco me puedo olvidar de las revistas de cocina, que he tenido que dejar de acumular, ni de las recetas de revistas y periódicos que hemos ido recortando durante toda la vida y llenan cajas y cajas…. O de las recetas de programas de televisión que apuntas deprisa y corriendo y luego pasas a limpio o no…
Bueno, pues hace unos días, ordenando cajones y armarios, apareció en mi casa una receta de Martín Berasategui, recortada del suplemento “El semanal” de El País, de no sé que año y muy bien doblada, guardada como un tesoro. En cuanto la leí, supe que nos iba a encantar, eran unas patatas muy de nuestro estilo.
Y no defraudó, es un plato delicioso, suave, sabroso, que lo mismo sirve como primer plato, que, como guarnición de un plato de carne, ya sea asada o en salsa. Es una receta que recuerda al Gratin Dauphinoise o a la Tartiflette, pero en versión española. Se que la voy a repetir muchas veces y me ha parecido que es perfecta para acompañar cualquier plato de asado de navidad: un pavo, pollo, pulardas, capones y compañía…
Ah!! Se me olvidaba, Martín Berasategui llama a estas patatas “Patatas cuajadas Mateo”…. él sabrá.
Ingredientes :
4 Patatas grandes
150 gr. de Jamón serrano en lonchas
1 Huevo
250 ml. de Leche
250 ml. de Nata
Sal
Pimienta Negra
Aceite de Oliva Virgen Extra
Preparación :
Pelamos las patatas, las lavamos y las cortamos en dos o cuatro (dependiendo del tamaño) a lo largo de la patata. Cortamos cada trozo de patata en láminas no muy gruesas y las salamos.
Ponemos una sartén al fuego con aceite suficiente para freír las patatas. Las freímos a fuego medio fuerte, hasta que se doren un poco. No hace falta que se hagan bien por dentro, porque luego se terminarán de hacer al horno.
Cortamos las lonchas de jamón por la mitad y les damos unas vueltas en una sartén con un poco de aceite, lo justo para que se derrita la grasa y cojan un poco de color.
Precalentamos el horno a 200ºC. Batimos en un bol el huevo, con la leche y la nata y los salpimentamos al gusto. Colocamos las patatas fritas en una fuente de horno y vertemos por encima la mitad de la mezcla de leche. Ponemos las lonchas de jamón por encima y regamos con el resto de la leche.
Metemos la fuente al horno y dejamos que se cocine unos 30/25 minutos, hasta que las patatas estén bien hechas y el conjunto bien cuajado. Servimos las patatas bien calientes como plato principal o como guarnición de un asado o carne guisada.
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