Como podéis ver, yo sigo insistiendo con los postres con frutas. Me gustan mucho y creo que es el remate perfecto para una gran comida. En esta ocasión he encontrado esta receta en el libro “Recetas” de Juan Mari Arzak, que se lo pedí prestado a Mari Losada hace unos días y me está cundiendo ¡!una barbaridad!! No esperaba menos de este gran profesional, pero creo que me va a faltar vida para hacer todas las recetas del libro...
El postre es una delicia, un poco trabajoso, pero merece la pena, porque los canutillos se pueden preparar a primera hora (incluso el día anterior, bien guardados) y se monta el postre al final, en un momento.
Si no tenéis maracuyás frescos, para el relleno de los canutillos se puede usar puré de maracuyá que se encuentra en las tiendas especializadas en repostería. Y si no, podéis sustituir esta fruta por otra: mango, fresas, frambuesas, …. También se podrían rellenar de piña y coco ... cada uno lo puede adaptar a sus gustos y así se acierta seguro con el postre. No falla.
Ingredientes :
100 gr. de Aceite de Oliva Virgen Extra
1 cáscara de Naranja
100 gr. de Leche
185 gr. de Harina
Aceite de Oliva Virgen Extra
100 ml. de Nata
40 gr. de Azúcar
1 Maracuyá o 2 cucharadas de Puré de Maracuyá
2 rodajas de Piña
100 ml. de Zumo de Naranja
50 gr. de Azúcar moreno
5 cucharadas de Agua
100 ml. de Cointreau
100 ml. de Brandy
Menta fresca
Azúcar glas
1 Maracuyá
Preparación :
Ponemos a calentar los 100 gramos de aceite con la cáscara de naranja en un cazo pequeño. Dejamos que hierva, lo retiramos del fuego y dejamos que infusione 2 0 3 minutos. Pasamos el aceite a otro recipiente, le retiramos la cáscara de naranja y dejamos que enfríe.
Una vez que el aceite esté frío, lo mezclamos con la leche y la harina y formamos una bola de masa lisa y elástica. Cogemos porciones de esta masa y la estiramos sobre la superficie de trabajo, con la ayuda de un rodillo, hasta que quede muy fina. Tendremos que obtener rectángulos de masa del tamaño de los rulos metálicos, especiales para hacer canutillos.
Una vez que hayamos extendido la masa, la recortamos para obtener esos rectángulos y los colocamos sobre los rulos. Ajustamos bien la masa y presionamos los bordes, cerrándolos bien. Este paso es muy importante porque si no están bien cerrados, al freírlos se abrirán.
Ponemos a calentar, en una sartén, una cantidad importante de aceite y freímos los canutillos, hasta que estén dorados. Los vamos sacando a un papel de cocina para que absorba el exceso de grasa y en cuanto se enfríen un poco, los sacamos del rulo. Yo solo tengo 4 rulos metálicos, así que este proceso es un poco lento, pero tampoco se hace muy pesado.
Para preparar el relleno, montamos la nata con las varillas eléctricas y al final del proceso, le añadimos el azúcar. Cortamos 2 rodajas de una piña natural y las cortamos en trozos muy pequeños. Si usamos un maracuyá natural, lo abrimos y sacamos la pulpa. Mezclamos la fruta con la nata, con ayuda de una espátula, con movimientos envolventes, con cuidado de no bajar la nata. Metemos la mezcla en una manga pastelera y reservamos en frío.
Solo nos falta preparar la salsa de naranja. Para ello ponemos en un cazo el agua y el azúcar y dejamos que se haga un caramelo, de un color claro. Añadimos en ese punto el zumo de naranja, el licor y el brandy. Dejamos que hierva suavemente, removiendo de vez en cuando, hasta que reduzca y espese lo suficiente.
Cuando vayamos a presentar el postre, rellenamos los canutillos con la nata con frutas. Los espolvoreamos por encima con azúcar glas. Cubrimos el fondo de una bandeja con la salsa de naranja y colocamos encima los canutillos. Y si tenemos maracuyá fresco, extendemos por delante la pulpa de otra pieza de fruta. Decoramos el plato con hojas de menta fresca.
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