Últimamente he “discutido” en varias ocasiones sobre el tema de cocinar a diario. Es verdad, que las personas a las que nos gusta cocinar, no tenemos en cuenta el esfuerzo que hacemos cuando preparamos la comida de diario. Para nosotros es normal dedicarle un tiempo a nuestra dieta, a cocinar la comida para nuestra familia y disfrutamos en la cocina.
Pero no estoy de acuerdo cuando la gente dice “no tengo tiempo para cocinar”, aunque no te guste la cocina. Cocinar no siempre implica “tiempo”, pero si que siempre implica “ganas”. Para preparar la comida de diario se necesitan ganas, mucho más que tiempo. Es verdad que hay recetas que nos exigen una cantidad de tiempo grande del que no siempre disponemos, pero tenemos infinidad de recetas, que nos permiten, en muy poco tiempo, preparar menús de lujo.
Por eso he publicado hoy esta receta. Hace poco fui una mañana a Motril y compré una serie de pescado de la lonja de su puerto. Entre ellos, estos gallos de ración, que no necesitan más tratamiento que freírlos rebozados en harina. Bien fritos y escurridos no resultan nada grasientos y son un gran alimento. ¿se puede comer mejor y en menos tiempo? Una buena ensalada y este pescado y has resuelto la comida. Sin invertir gran cantidad de tiempo.
Insisto, comer bien son ganas y quizás, sin remedio, una gran dosis de organización y planificación. A lo mejor un día de estos hago una entrada más extensa sobre este tema…. por ahora os dejo con estos gallos fritos que ¡!están deliciosos!!
Ingredientes :
5 Gallos de ración
Harina
Sal
Aceite de Oliva Virgen Extra
Preparación :
Pedimos en la pescadería que nos limpien los gallos, quitándoles las tripas, la cabeza y la piel exterior. Ya en casa, los pasamos por debajo del chorro de agua fría y los secamos bien con papel de cocina.
Salamos los gallos y los pasamos por harina, sacudiéndolos para que pierdan el exceso de harina. Ponemos una sartén al fuego con abundante aceite. Cuando esté bien caliente, freímos los gallos uno a uno, bajando un poco el fuego si hiciera falta, hasta que estén bien dorados por las dos partes. No debemos freírlos durante mucho tiempo, porque se secarían. Tienen que quedar jugosos y dorados. Los sacamos y colocamos sobre papel absorbente.
Servimos los gallos al momento, acompañados de una ensalada, de patatas fritas o como en este caso de unas piparras frescas.
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