Un plato de arroz es un plato recurrente en cualquier época del año. Os he dicho muchas veces que cada vez me gustan más los platos de arroz y creo que es por las posibilidades que tiene. El arroz va bien con casi todo y se puede comer de mil maneras. Y en nuestra casa, en verano, no falta nunca un buen arroz, porque si te organizas bien, te permite hacer todos los planes que quieras y al llegar a comer, te marques un arroz de lujo. 

Este arroz, aunque está basado en una receta del blog “Javi recetas”, realmente lo hecho un poco a mi manera, aprovechando ingredientes que tenía en la nevera, dejando hecho el fumet y el sofrito y rematando el arroz al volver de la playa. 

Comer bien no es un lujo, comer bien son ganas, buenos ingredientes, dedicación y comer bien, en mi opinión es compartir. Una buena comida hay que compartirla. Entonces es perfecta. Y un buen arroz, nos invita a eso, a comer bien en familia, entre amigos, a disfrutar y a pasar un buen rato. Y si es en verano, mejor.

Ingredientes : 

500 gr de Gambas frescas 

200 gr de Arroz Bomba 

3 dientes de Ajo 

1 Pimiento Rojo 

2 Pimientos Verdes 

1 Calabacín 

2 Tomates maduros 

100 gr de Guisantes 

1 Puerro 

Perejil 

Pimienta Negra en grano 

75 ml de Brandy 

Pimentón de la Vera agridulce 

Sal 

Aceite de Oliva Virgen Extra 

Preparación : 

Empezaremos preparando un caldo, un fumet de marisco. Para ello pelaremos las gambas, quitándoles la cabeza y reservando los cuerpos pelados para el arroz. Cubrimos el fondo de una cazuela con aceite y metemos dentro todas las cáscaras y cabezas de gambas. Dejamos que se frían a fuego medio removiéndolas de vez en cuando, hasta que empiecen a tomar color, no dejando en ningún caso que se quemen. 

Aplastamos bien las cabezas, para que vayan soltando todos los jugos. Añadimos sal y vertemos el brandy por encima de las pieles de gambas. Dejamos que evapore el alcohol y entonces incorporamos unos granos de pimienta negra, el puerro bien lavado, pelado y troceado y un puñado de perejil, lavado y picado. 

Cubrimos todo con 2 litros de agua, tapamos la cazuela y dejamos que hierva suavemente durante 20 minutos. Entonces colamos el caldo, a poder ser con una estameña, para que quede lo más limpio posible y lo reservamos en caliente, si lo vamos a usar en ese momento. 

Para hacer el arroz, preparamos primero un sofrito. Pelamos y trituramos los dientes de ajo. Lavamos y cortamos los pimientos en trocitos pequeños. Hacemos lo mismo con el calabacín. Y los tomates los pelamos, les quitamos las pepitas y los rallamos. 

Cuando tenemos todas las verduras preparadas, cubrimos el fondo de una paellera con aceite y empezamos friendo el ajo, sin que llegue a dorarse. Añadimos los pimientos y dejamos que se hagan a fuego suave. Cuando estén tiernos, incorporamos el calabacín. Removemos todo bien y dejamos que hiervan suavemente 10 minutos. Entonces añadimos los guisantes, el tomate rallado y una cucharada de pimentón. Salamos y dejamos que todas las verduras se cocinen juntas unos 20 minutos, hasta que estén bien hechas y hayan consumido toda el agua que hayan soltado. 

Incorporamos entonces el arroz y removemos bien, para que se mezcle con las verduras y se impregne de los jugos. Salamos y vertemos por encima el doble más una medidas de caldo caliente. El líquido que necesita el arroz es el doble más una, la medida que hayamos usado para el arroz. Yo mido el arroz en tazones y uso por cada tazón de arroz, tres de caldo (2 + 1). 

Llevamos el arroz a ebullición, bajamos el fuego y dejamos que hierva suavemente entre 18/20 minutos, hasta que se haya consumido todo el caldo y el arroz esté bien hecho. Cinco minutos antes de que termine de hacerse, esparcimos las gambas por la superficie, para que se cocinen poco tiempo. Retiramos el arroz del fuego, lo cubrimos con un paño y dejamos que repose 5 minutos. Y ya tenemos el arroz con verduras y gambas listo para comer.

Este verano he procurado publicar recetas sencillas, porque es verdad que, con el calor, a veces da mucha pereza ponerse a cocinar platos complicados. Y aunque a mi personalmente no me suele costar meterme en la cocina haga el tiempo que haga, de hecho, enciendo el horno casi todos los días, pero si que es verdad, que hay días que se hace muy cuesta arriba. O días que simplemente quieres disfrutar de más tiempo libre para hacer otras actividades o simplemente para no hacer nada. 

Hoy os presento otra receta muy facilona, pero con un resultado buenísimo: una pasta fresca rellena, con una salsa simple pero muy sabrosa. Se prepara en un momento y al resultar muy suave, estoy segura de que gusta a todo el mundo. 

Si queremos aligerar un poco el plato, podemos sustituir la nata por leche evaporada (Leche Ideal) y conseguiremos una receta con menos grasa y que se digiere mejor. Os animo a probarla y ya me diréis como la habéis preparado, porque admite muchas variaciones: otro tipo de setas, con cebolla, con un toque de trufa,….

Ingredientes :

250 gr de Cappelletti con prosciutto crudo

100 gr de Jamón Serrano

250 gr de Champiñones

200 ml de Nata

Queso Parmesano

Sal

Pimienta Negra

Aceite de Oliva Virgen Extra

Albahaca fresca

Preparación :

Para preparar esta receta vamos a usar una pasta fresca rellena, que en esta ocasión son unos cappelletti de jamón del supermercado Lidl. Por supuesto, podemos usar cualquier otra pasta rellena, sea fresca o no, con el relleno que más nos guste o podemos hacerla nosotros mismos, lo cual nos dará sin duda, un resultado mejor.

Para preparar la salsa cortamos el jamón en trocitos pequeños, pelamos los champiñones y los laminamos. Cubrimos el fondo de una sartén con una cucharada de aceite y freímos el jamón, sin dejar que se dore. Añadimos los champiñones laminados y dejamos que se cocinen hasta que se evapore toda el agua que van soltando. 

Añadimos la nata y salpimentamos, teniendo en cuenta que el jamón ya habrá aportado su parte de sal. Dejamos que la nata se cocine unos minutos y retiramos la salsa del fuego. 

Mientras hacemos la salsa ponemos a hervir la pasta en abundante agua con sal, el tiempo que nos indiquen en el envase. En cuanto esté lista, la escurrimos. 

Servimos la pasta en cada plato, acompañada de la salsa y la espolvoreamos con Parmesano rallado. Decoramos el plato con hojas de albahaca fresca.

Entre tantos libros de recetas, tanto blog, tanta página web de gastronomía, hay veces, que se me olvida de donde he sacado las recetas. Creo que esta ensalada en concreto la vi en Facebook, busqué el enlace y lo guardé. Es un video, de “Cocinando a mi manera”, donde explican como hacerla. Me gustó a primera vista. 

La ensalada es super sencilla, un poco entretenida, pero tampoco mucho y el resultado es espectacular: es preciosa y está deliciosa. Bien fresquita, resulta muy suave y podemos hacerla con los ingredientes que más nos gustan. Podemos sustituir el atún por gambas o por pollo, podemos añadir unos guisantes o unos espárragos, ponerle unas aceitunas, … Lo importante es montarla en capas y presionar bien cada capa, para que el corte quede perfecto. 

Es increíble cómo se le puede dar una vuelta a la tradicional ensaladilla rusa y sorprender a todos con una ensalada que parece otro plato: la ensalada mimosa. 

Ingredientes :

4 Patatas

4 Zanahorias

4 Huevos

200 gr de Atún en aceite

Mayonesa

Preparación :

Ponemos a cocer las patatas y las zanahorias en abundante agua con sal. Las dejaremos cocer a fuego medio hasta que estén tiernas. Para comprobarlo, las pincharemos con un palito de brocheta a los 20 minutos de estar hirviendo. Si se hacen unas antes que las otras, las iremos sacando y las pasamos por el grifo de agua fría para refrescarlas.

En un cacito aparte, cocemos los huevos 10 minutos. Cuando todo esté bien cocido y refrescado, los pelamos y los rallamos, tanto las patatas, las zanahorias, como los huevos. Estos últimos los rallaremos separando las claras de las yemas.

Cubrimos el fondo de un molde y las paredes con papel de horno y empezamos a montar la ensalada. La vamos a montar en capas, cada ingrediente por separado y entre capa y capa, pondremos siempre una capa muy fina de mayonesa. La mayonesa tiene que cubrir la capa inferior entera, pero no tiene que ser una capa espesa, al revés, cuanto más fina mejor, para que el resultado final no resulte muy pesado. Y al extender cada capa, la aplastaremos bien, alisando la superficie.

Las capas que he puesto en esta ensalada son: patata, atún, patata, zanahoria, patata, clara de huevo y yema de huevo. Y como he dicho antes, entre cada una de ellas, una capa fina de mayonesa. Metemos el molde al frigorífico, por lo menos tres o cuatro horas, para que se enfríe bien y se asiente. Así será más fácil desmoldarla.

Cuando la vayamos a comer, la desmoldamos y si nos apetece, decoramos un poco la superficie.

Aunque en mi casa comemos helado todo el año, es en verano cuando más nos apetece tomarlo. Con el calor, un buen helado apetece a cualquier hora, ¿verdad? Por eso, es en verano (y en Navidad) cuando más recetas de helados pruebo. Este año, además de repetir todos los helados que ya tengo publicados, he preparado algunos postres con helados, como esta “Terrina de Helado de Café”. 

Es muy sencilla de hacer, se prepara un helado básico, que lo aromatizaremos por un lado con vainilla y por otro con café. Se monta la terrina en capas, poniendo entre cada capa chocolate derretido y ya está. Si os gusta el helado de café, la terrina está deliciosa. Es una forma diferente de tomar el helado y resulta un postre perfecto. La receta es de la página de BBCGoodFood. Ellos hacer la receta con helado comprado, pero yo prefiero hacerlo en casa, pero en una emergencia… es una buena opción. 

Y os aviso, si os gusta el helado de vainilla y el de café, preparad el doble de esta receta. Dentro de unos días publicaré otra receta en la que usaré estos mismos ingredientes…. 2 x 1. Hacer el doble de cantidad de helado cuesta casi el mismo esfuerzo y tendremos preparados dos postres de lujo, que además al ser helados, los podemos hacer con toda la antelación que queramos. Tener estas recetas preparadas como fondo de congelador, nos pueden solucionar el postre de nuestras cenas veraniegas, de forma espectacular.

Ingredientes : 

6 Yemas de Huevo 

250 gr de Azúcar 

700 ml de Leche 

500 ml de Nata 

1 cucharadita de Extracto de Vainilla 

2 sobres de Nescafé 

300 gr de Chocolate Nestlé Postres 

50 gr de Aceite de Coco 

1 paquete de Maltesers 

Frambuesas 

Preparación : 

Lo primero que tenemos que preparar son los helados y es mejor hacerlos por lo menos, con un día de antelación. Para ello batimos las yemas con el azúcar con ayuda de unas varillas y cuando empiecen a blanquear, les añadimos 200 ml de leche. Seguimos batiendo hasta que se incorpore totalmente. 

Por otro lado, ponemos a calentar el resto de la leche junto con la nata, sin que llegue a hervir. Cuando esté bien caliente, la vertemos poco a poco sobre la mezcla de los huevos, sin dejar de batir, para que éstos no cuajen. Cuando hayamos acabado de integrar toda la leche, pasamos esta mezcla al cazo donde la habíamos calentado. Seguimos removiendo la crema y dejamos que se cocine a fuego medio. Porque tenemos que conseguir que la crema espese, pero que nunca llegue a hervir. 

Notaremos que la crema ha espesado del todo, cuando desaparezca de la superficie toda la espuma. Entonces la retiramos del fuego y la repartimos en dos boles, mitad y mitad. A un bol le añadiremos una cucharadita de vainilla y al otro, los dos sobres de Nescafé (yo lo uso descafeinado). Removemos bien las dos mezclas y las dejamos enfriar, bien tapadas, en el frigorífico. 

Cuando estén bien frías, las pasamos a la heladora para que se haga un helado bien cremoso y consistente. Lo guardamos en terrinas en el congelador. 

Cuando vayamos a montar la terrina, sacamos el helado del congelador con 15/30 minutos de antelación, dependiendo del calor que haga fuera, para poderlo manejar. Por otro lado, derretimos al baño maría o en el microondas (con mucho cuidado) 250 gr de chocolate con el aceite de coco. Lo dejamos enfriar a temperatura ambiente. 

Engrasamos un molde y lo cubrimos con film transparente. De esta forma, desmoldaremos muy bien la terrina, si no, sería muy difícil desmoldarla sin romperla. Cubrimos el fondo del molde con una capa de helado de café y alisamos la superficie. Si se ablanda demasiado, lo metemos 15 minutos al congelador para que endurezca. Lo sacamos y vertemos por encima una capa muy fina de chocolate. Sobre esa capa, ponemos otra de helado de vainilla y procedemos de la misma manera: lo enfriamos y lo cubrimos de chocolate. 

Repetimos otra vez todo el proceso, terminando con una capa de chocolate. Tapamos el molde con el film transparente que sobresale y lo dejamos en el congelador unas cuantas horas o mejor de un día para otro.

Creo que casi todos, en verano, intentamos no complicarnos mucho la vida en la cocina. Y aunque haya días que no nos importe dedicarle más tiempo a preparar la comida diaria, hay otros, que con el calor que hace resulta difícil meterse en la cocina con ganas… ¿no os pasa a vosotros?

Pues hoy os traigo una idea diferente, para comer de lujo y no complicarnos la vida en la cocina. La receta de hoy se prepara en una olla de barro para el horno. En esta ocasión es una olla de barro para pollos de Habitat, pero hay otras ollas de este tipo, para cocinar todo tipo de alimentos. Yo tengo la olla Römertopf para preparar guisos de carne y verduras y otra para asar pescado.

Las Römertopf las heredé de mi madre, tienen más de 40 años y la de Habitat para pollos, la compré hace poco en Granada. Aparte de lo bonitas que son (hay verdaderas preciosidades…!!!), la ventaja que tienen es que puedes cocinar sin supervisión, es decir, puedes encender el horno y quitarte de en medio. El calor no es excusa para preparar un plato delicioso. Programas el tiempo y ya está, sin más.

Y por otro lado, al cocinar con la olla cerrada, no se mancha el horno, que también es importante. Muy importante.

El resultado es un pollo jugoso, sabroso y super fácil de hacer. Y por supuesto, la olla sirve para cocinar un buen trozo de carne de cerdo o cordero, o lo que a uno más le apetezca.

Ingredientes :

1 Pollo entero (1,5 kg)

1 diente de Ajo

Tomillo fresco

Sal

Pimienta Negra

Aceite de Oliva Virgen Extra

Preparación :

Hoy he preparado este pollo en la olla de barro de Habitat. Antes de usarla la lavamos bien con agua fría y frotamos el interior con un diente de ajo.

Ponemos en el fondo de la olla unas ramitas de tomillo fresco o de la hierba que hayamos elegido para hacer este plato. Salpimentamos el pollo por todos lados y lo pincelamos con aceite. Tapamos la olla y la metemos al horno en frío. Graduamos la temperatura en 250ºC y dejamos que el pollo se cocine durante 1 hora y media.

Pasado ese tiempo tendremos el pollo bien asado, listo para servir. Lo acompañamos del jugo que haya soltado, bien colado y si hiciera falta, espesado con un poco de Maizena.

Si tuviera que elegir un dulce de la repostería típica francesa, no podría: me gustan todos. Por ejemplo, éste que os presento hoy, el clafoutis, es una receta tan sencilla, tan rica y tan versátil, que podría estar entre mis favoritos. Pero estaría a la altura del “Flaugnarde” o del “Flan parisino”, de la “Tarta Tatin” o de otros tantos postres tan típicos franceses y que tanto me gustan. 

Y aunque el clafoutis más típico se prepara con cerezas, yo he hecho éste basándome en la receta del blog “Cuisine et gourmandise” y que lo prepara con ciruelas claudias. Cuando veo una receta con estas ciruelas no me puedo resistir. Es, junto a la uva moscatel, mi fruta preferida. Tengo también publicada la “Tarta Tatin de ciruelas claudias”, pero he de reconocer, que me costaría saber cuál me gusta más. 

Llevé este clafoutis a una comida en casa de Mari Losada y fue todo un éxito, el sabor y el dulzor de las ciruelas, mezclados con esa masa suave y ligera, tipo crepe, es un postre perfecto para una comida de verano junto al mar…. ¿Se puede pedir más?

Ingredientes : 

750 gr de Ciruelas Claudias 

5 Huevos 

120 gr de Harina 

120 gr de Azúcar 

1 pizca de Sal 

500 ml de Nata 

140 ml de Leche 

2 cucharadas de Ron 

Mantequilla para hornear 

Azúcar glas 

Helado de Vainilla 

Preparación : 

Precalentamos el horno a 180ºC. Medimos todos los ingredientes, engrasamos la fuente de horno que vayamos a utilizar y lavamos y cortamos por la mitad las ciruelas, quitándoles el hueso. 

Batimos en un bol los huevos con la harina, el azúcar y la sal. Incorporamos poco a poco la nata y la sal, sin dejar de remover, hasta que todos los ingredientes estén bien integrados. Añadimos también, si nos gusta, el ron. 

Colocamos las ciruelas sobre la base de la fuente que hayamos elegido, con la parte redondeada hacia arriba. Vertemos la crema sobre las ciruelas, de forma que queden cubiertas. Repartimos por encima trocitos de mantequilla y metemos el molde al horno, durante 60 minutos. Estaremos pendientes del horneado, para que no se tueste demasiado la superficie y si así fuera, la cubrimos con papel de aluminio y dejamos que se siga horneando. Estará listo cuando se haya cuajado toda la superficie. 

Sacamos el clafoutis del horno y lo dejamos enfriar sobre una rejilla. Lo servimos templado, espolvoreado con azúcar glas y acompañado de una bola de helado de vainilla.

Hace poco, en un restaurante, me sirvieron un plato de carne que llevaba como guarnición chips de yuca. Yo los había visto muchas veces y había visto las yucas en los supermercados (de hecho, yo he comprado estas yucas en Mercadona), pero nunca los había probado y por supuesto, nunca los había preparado en casa. 

Cuando los probé me encantaron, me supieron un poco a maíz, son crujientes y lo que más me gusta, es que no son nada grasientos. Absorben muy poco aceite, por lo que son más ligeros que las patatas. 

No cambio unas patatas fritas por estos chips de yuca, pero es una buena alternativa para variar nuestras guarniciones y sobre todo, para sorprender a nuestros comensales.

Ingredientes : 

2 Yucas 

Sal 

Aceite de Oliva Virgen Extra 

Preparación : 

Cortamos los extremos de cada yuca y las pelamos, como hacemos con las patatas. Con ayuda de una mandolina o con mucho cuidado con un cuchillo, cortamos las yucas en láminas finas. No es fácil, pero tampoco imposible. Como todo, será cuestión de práctica.

Llenamos una sartén con aceite abundante y lo calentamos. Freímos las láminas de yuca de pocas en pocas, hasta que estén doradas. Las vamos sacando y poniendo en un colador, sobre papel absorbente, para que escurran bien el exceso de aceite. 

Las salamos y servimos. En este caso hemos comido unos entrecots de ternera, acompañados de tomates rellenos y de chips de yuca.