Este verano, el calor nos ha dado una tregua. Todavía no hemos pasado un día de esos de calor insoportable y, sobre todo, no ha habido una noche de no poder dormir por el calor. Pero, así y todo, en mi casa, para comer, procuramos comer platos fríos, ya sea una crema, una sopa, una ensalada o un pastel.
Es una manera perfecta de comer verduras, hay mil formas diferentes de prepararlas y nos permite variar el menú diario, para no cansarnos nunca. Y, además, nos permite también seguir comiendo legumbres, aunque sea verano.
Y aunque sea una receta muy sencilla, es deliciosa. He usado pochas frescas, que tenía congeladas de la temporada pasada, piparras que también envasé el año pasado (este año todavía no he comprado guindillas frescas, pero caerán en pocos días) y una ventresca de bonito del norte que nos trajo nuestra cuñada Iciar, que es impresionante. Es una conserva limitada, de una conservera de Bermeo y para mí, es la de mayor calidad que he comido nunca. Como comprenderéis, juntando todos estos ingredientes con un buen vinagre de Jerez y un maravilloso aceite de oliva virgen extra (en este caso un picual de Castillo de Canena), solo puede salir un plato de lujo.
Para hacer la receta me he basado en dos recetas de referencia. Por un lado, en la versión de esta ensalada que preparó hace tiempo Virginia de Sweet & Sour. Ella la combina con una crema de pimientos asados. Un plato que, sin ser tradicional, acaba resultando una ensalada muy “vasca”, ya que todos los productos utilizados tienen su origen allí. Y, por otro lado, la “Ensalada de alubias, atún y cebolla” del libro “Florentine” de Emiko Davies, en el que hace un repaso de la cocina tradicional de Florencia.
En cualquier caso, una receta que se ha incorporado sin remedio a nuestro repertorio, por su sencillez, su sabor y su frescura. Nos ha encantado. Ya estoy nerviosa esperando a las guindillas frescas, para, en vez de usar piparras en vinagre, comerla con guindillas fritas…. ¿os lo imagináis?
Ingredientes :
500 grs de Pochas
1 Cebolleta
2 Zanahorias
1 Cebolleta Roja
2 latas de Ventresca de Bonito
Albahaca fresca
Guindillas de Ibarra
Sal
Vinagre de Jerez
Aceite de Oliva Virgen Extra
Preparación :
Para esta receta podemos utilizar pochas frescas o pochas envasadas. Si las usamos frescas, deberemos cocerlas en una olla con agua, a la que añadiremos una cebolleta y dos zanahorias peladas, enteras y un poco de sal. Dejaremos que hiervan suavemente, durante 35/40 minutos, hasta que estén bien tiernas.
Procuraremos no removerlas mucho mientras se guisan, para no romperlas, es mejor mover la olla con las manos, para que no se peguen las pochas al fondo. Una vez que las pochas estén listas, las escurrimos y las dejamos enfriar.
Si usamos pochas en conserva, a mi me gusta darles un hervor en agua, para quitarles el sabor a conserva, escurrirlas y dejarlas enfriar.
Cuando vayamos a preparar la ensalada, pelamos la cebolla y la cortamos en juliana fina. Escurrimos la ventresca y las guindillas y picamos muy fina la albahaca.
Con todos los ingredientes preparados, podemos montar ya la ensalada. Mezclamos en un bol las pochas con la cebolleta y la albahaca y las aliñamos con sal, vinagre y aceite, al gusto de cada uno. Las servimos en un plato y colocamos por encima la ventresca y las piparras.