Llevo un tiempo revisando
todas las recetas del blog, actualizándolas, renovando fotos, intentando
organizarlas, …. y durante este proceso, me he dado cuenta de que no tenía
publicadas las “Alcachofas con Mayonesa”, una receta que es muy simple, pero que
es ¡¡MI RECETA FAVORITA DE VERDURAS¡!
Ya os he comentado otras
veces, que en mi casa se comía mucha verdura cocida, a la que se le echaba por
encima un refrito de ajos. Para mí, la mejor verdura de todas, eran las
alcachofas, con diferencia. Además de que me encanta su sabor, tenían un plus:
se acompañaban con mayonesa. Tengo la sensación de que antiguamente las
alcachofas eran menos tiernas o se les quitaban menos hojas, porque recuerdo
que, al comerlas, se chupaban las hojas untadas en mayonesa y se iban dejando
en el plato las hojas con hilos. Ufff…. ¡!qué antiguo suena esto!!
Más adelante, mi madre,
sustituyó la mayonesa por una “Salsa Muselina”, de la que os hablaré otro día….
Hoy voy a publicar por fin las “Alcachofas con Mayonesa”, qué sin remedio, es
una receta que me lleva a mi niñez. Y como siempre, pero en esta ocasión sin
remedio, hay que buscar alcachofas de calidad, de primera calidad.
1 kg de Alcachofas
3 dientes de Ajo
Sal
Aceite de Oliva Virgen Extra
1 Limón
Preparación :
Empezamos preparando un recipiente
grande con agua fría, a la que añadiremos el zumo de un limón. También meteremos
dentro las dos mitades del limón exprimido. También pondremos al fuego, una
cazuela grande con agua y sal, para cocer las alcachofas.
Lo siguiente que tenemos que
hacer es preparar las alcachofas. Para ello, cortamos el extremo del tallo de
cada alcachofa, dejando la parte más tierna, unos 3 centímetros de tallo. Quitamos
las hojas externas, las más duras, con ayuda de un cuchillo, tirando de ellas. Cuando
hayamos llegado a las hojas más tiernas, cortamos la punta de la alcachofa, unos
2 o 3 centímetros y pelamos el tallo y el exterior de la alcachofa, por si
hubieran quedado hojas duras.
Tenemos que conseguir que nos
quede el corazón de la alcachofa, la parte más tierna, bien limpio y entero. Las
alcachofas se oxidan muy rápido, así que una vez peladas, las cortamos en
mitades o cuartos dependiendo del tamaño y las ponemos en el agua con limón que
habíamos preparado. Para limpiar las alcachofas lo mejor es usar un cuchillo de
cerámica. De esta forma evitamos parte de la oxidación, la que se produce por
el contacto de la alcachofa con el metal de los cuchillos.
En cualquier caso, hay que
meterlas rápido en agua, pelarlas una a una, para que no se oxiden mientras
esperan su turno, removerlas en el agua, para que no se queden flotando con una
parte al aire y hacer todo este proceso lo más rápido posible. Es la única
forma de que las alcachofas queden blanquitas, de que no ennegrezcan.
En cuanto tengamos todas las
alcachofas peladas y el agua hirviendo, las metemos dentro y dejamos que
hiervan unos 20 minutos, hasta que estén bien tiernas. Podemos comprobarlo,
pinchando en la parte del tallo con un palillo y ver si entra con facilidad o
no.
Mientras se cuecen las
alcachofas, preparamos un refrito con los ajos. Pelamos los dientes de ajo y
los cortamos en láminas y los freímos en 3 o 4 cucharadas de aceite. Cuando las
alcachofas estén listas, las escurrimos bien y les echamos por encima el
refrito de ajos. Servimos las alcachofas acompañadas de mayonesa.
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