Ingredientes :
1 kg de Sardinas
Sal gorda
Preparación :
Las sardinas las vamos a cocinar enteras, es
decir con cabeza y tripas. Lo más importante es que sean de buena calidad y muy
frescas. Así que lo único que tenemos que hacer es lavarlas bien bajo el grifo
y quitarles en lo posible las escamas. Las vamos poniendo en una rejilla para
escurrirlas.
Las pasamos a una bandeja y les echamos sal por
encima. Echaremos bastante sal. Las removemos para que todas se impregnen bien
de sal y reservamos.
Si tenemos una barbacoa, preparamos la leña o
el carbón y hacemos un buen fuego. Ponemos la rejilla lo más alto posible. Si
no tenemos esta posibilidad, usaremos una barbacoa eléctrica. En ambos casos,
cocinaremos las sardinas de la misma forma.
Pondremos las sardinas en la rejilla, bien
alineadas, en el sentido contrario a las barras de la rejilla. Se colocan sin
añadirles nada más, solamente la sal que les habíamos echado por encima. Se
dejan asando unos 2/3 minutos y se les da la vuelta.
El tiempo de cocción dependerá del tamaño de
las sardinas, pero en cuanto tomen un poco de color, ya están hechas. Este
punto se coge con la práctica, pero simplemente a ojo se puede ver si la
sardina está bien hecha. Lo que no debemos hacer es pasarlas de cocción, se
quedarían muy secas.
Cuando estén hechas por ambos lados las vamos
sacando a una fuente de servir y las comemos calientes, retirándoles la piel y
sacando los lomos con cuidado. La cabeza y las tripas se separan con facilidad.
En mi casa, con mi madre, jamás entró una
sardina en la cocina. A ella no le gustaban, lo de cocinar pescado sin limpiar,
impensable y lo de soportar el olor que producen, más impensable todavía. Así
que nosotras siempre hemos comido las sardinas en la calle.
En Málaga, las sardinas son toda una tradición,
como en muchas zonas de la costa española. En la costa de Vizcaya también. Las
sardinas de Santurce las conoce todo el mundo. A mi padre le encantaban, él era
de Portugalete…. Aquí en Málaga, lo más típico es comerlas en espeto, ensartadas
en un trozo de caña y asadas en un fuego preparado sobre la arena de la playa. Me
encantan!!
Pero lo de comer sardinas en casa es otra
historia…. Lo de asar sardinas en la placa es casi una temeridad. El olor que
producen, a pesar del extractor, es terrible y afecta a toda la casa. Se pueden
preparar fritas (como os enseñé en esta receta), pero son diferentes. La
sardina asada resulta mucho más fina y digerible. La solución, asar las
sardinas al aire libre, en barbacoa.
Yo no tengo posibilidad de tener barbacoa en mi
casa, porque vivo en un piso, pero bueno, tengo a Mari Losada y a su familia,
que en verano siempre tienen la barbacoa dispuesta, para asar unas buenas
sardinas. Y además, por aquí, las sardinas buenas se encuentran en verano, en
los meses que no contienen la letra “r”. Así que de vez en cuando (si abusar
para que no prescindan de nosotras) vamos a la casa de la playa de Mari y Paco
y disfrutamos de unas deliciosas sardinas asadas, que casi siempre sirven para
acompañar un buen plato de migas.
En este caso, el que prepara la barbacoa y asa
las sardinas siempre es Paco, así que, en esta ocasión, las sardinas que os
enseño no son de “Mari Losada” sino de su marido Paco. Él me dijo, que las
sardinas están bien hechas, cuando se les pone el ojo blanco… Mari dice que eso
no es relevante, pero a mí me ha servido como guía, para saber cuándo están
listas las sardinas.
Porque si, aunque en casa no tengo barbacoa, he
podido asar sardinas, gracias a la recomendación de Mari de usar la barbacoa
eléctrica. No dudé un minuto en comprarla y probar. Compré una barbacoa eléctrica de Jata, muy simple y muy bien de precio. Las dos primeras fotos de esta entrada, son las sardinas ya asadas, las primeras las de Paco y las segundas las mías.
Me pareció un poco de juguete, pero ha
resultado estupenda. No voy a cometer el error de compararla con una barbacoa
de leña, pero la verdad es que nos comimos en casa unas migas, con sardinas,
boquerones fritos y almejas, deliciosas y por fin, puedo hacer el pescado a la
barbacoa en casa, sin humos ni olores.
Estas barbacoas, funcionan con una fuente con
agua debajo de la rejilla y al caer la grasa sobre agua, según se va asando el
pescado, no produce humos ni olores. Eso si, siempre debajo del extractor y con
una vela de olor encendida en la cocina, por si acaso.
Mantendré las ganas de una barbacoa de leña o
carbón (hay verdaderas preciosidades), pero mientras tanto, me conformo con esta
eléctrica, que se, que me va a dar muchas alegrías….
2 comentarios
¡¡ Tengo la suerte de tener un pequeño patio trasero, donde tengo una cocina de fuego tradicional y así disfrutar de ésta delicia malagueña, de la cocina tradicional, de las costumbres de mis mayores quienes no tenían más remedio que prepararlas en casa, aunque siempre habría ventanas y puertas...y las casas en El Palo a pesar de que eran pequeñas, tenían la posibilidad de abrir puertas y ventanas !! sigo la tradición de tener el clásico "asaó" en mi cocina. Aunque también las suelo preparar en diferentes moragas...la última que he publicado, la semana pasada, con salsa de tomate, comino y pimentón.....
ResponderEliminarTus fotos preciosas....gracias por compartir las tradiciones malagueñas.
Muy buenas opciones! saludos
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