Ingredientes :
100 gr de Nueces pecanas o normales
340 gr de Zanahorias
200 gr Harina de repostería
80 gr de Harina integral
4 Huevos
200 gr Azúcar
100 gr Azúcar moreno
240 ml de Aceite de Oliva
4 rodajas de Piña
2 cucharaditas de Extracto de Vainilla
1 cucharadita de Bicarbonato
2 cucharadita de Levadura Royal
½ cucharadita de Sal
2 cucharaditas de Canela en polvo
250 grs de Queso Philadelphia
250 grs de Mantequilla
450 grs de Azúcar Glas
1 cucharadita de Extracto de Vainilla
12 Zanahorias de Fondant
Preparación :
Forramos la bandeja del horno con papel
aluminio y extendemos las nueces sobre ella. Tostamos las nueces en el horno a
180ºC, durante 8/10 minutos. Las sacamos y las dejamos enfriar.
Pelamos las zanahorias y las trituramos,
dejándola muy picada, no rallada. La piña la troceamos, lo más pequeño posible.
Trituramos las nueces, sin que lleguen a ser polvo, que queden trocitos.
Mezclamos en un bol todos los ingredientes
secos: harina, bicarbonato, levadura, sal y canela.
En otro bol ponemos los dos tipos de azúcar con
los huevos y los batimos con las varillas, hasta que espumen. Incorporamos el
aceite, la vainilla y seguimos batiendo, hasta que estén todos los ingredientes
bien integrados.
Cambiamos las varillas por la pala de mezclar y
empezamos a incorporar la harina, hasta terminar con la mezcla y seguido
añadimos la zanahoria, la piña y las nueces. Seguimos mezclando hasta
homogeneizar la masa.
Precalentamos el horno a 170ºC (en mi horno, en
otros puede ser hasta 180ºC). Forramos con papel de horno la base y los
laterales de un molde de 20 cm de diámetro y 10 cm de alto y engrasamos bien
toda la superficie. Vertemos la mezcla dentro del molde y lo metemos al horno.
Tendremos que tenerlo por lo menos una hora, hasta que esté bien hecho por
dentro. Lo comprobamos con un palillo y esperamos hasta que esté bien hecho.
Lo sacamos del horno y ponemos el molde sobre
una rejilla. Dejamos que se enfríe 10 minutos y desmoldamos. Lo dejamos sobre
la rejilla hasta que se enfríe totalmente.
Mientras se enfría el bizcocho, preparamos la
cobertura. Tendremos los ingredientes a temperatura ambiente y el azúcar glas
tamizado. Es muy importante, porque si no, no conseguiremos que la mezcla quede
totalmente homogénea.
Batimos la mantequilla con la pala de mezclar.
Añadimos el queso y mezclamos hasta que estén totalmente incorporados.
Incorporamos el azúcar glas a cucharadas y finalmente echamos la cucharadita de
extracto de vainilla. Seguimos mezclando, hasta obtener una crema muy, muy
fina. No hay que sobrecalentarla, porque la mantequilla se derretiría.
Sacamos la mezcla a un bol, la tapamos con film
transparente y la reservamos fuera del frigorífico.
Cuando el bizcocho esté frío, lo cortamos en
tres trozos, con ayuda de una lira cortadora de tartas o con un cuchillo de
sierra. Si la parte de arriba del bizcocho ha quedado un poco abultada, la
nivelamos, para que la tarta quede más bonita.
Cubrimos la base y la parte central con la
cobertura que hemos preparado. La extendemos con la ayuda de una espátula,
formando una capa como de un centímetro de espesor. Metemos en la nevera las
dos bases, para que endurezca la crema, durante 30 minutos.
Sacamos las dos bases y montamos la tarta,
juntando las tres partes. Lo nivelamos bien y otra vez, con la ayuda de la
espátula, cubrimos toda la tarta con la cobertura. De primera intención no nos
quedará perfecta, no importa. La metemos al frigorífico otros 30 minutos, para
que se enfríe bien.
Volvemos a sacarla y aplicamos una segunda
vuelta de cobertura, que ahora será más fácil, porque al estar fría, se trabaja
mejor. Ahora ya podemos cubrir todo bien y decorarla como queramos: lisa total,
o hacemos dibujos con la espátula o con otras herramientas de decoración de
tartas.
La parte de arriba la dividimos en 12 trozos y
decoramos cada uno de ellos con una zanahoria de fondant.
Llevo haciendo esta receta de la clásica Carrot
Cake mucho tiempo y sinceramente, después de tantas tartas, no me acuerdo de
donde saqué la receta!!!! Pero si tengo que deciros que para mi es la
definitiva, la mejor.
Es super jugosa, por la zanahoria, la piña y el aceite,
super sabrosa, por las nueces, la fruta, la canela, el azúcar moreno,…. Y si
hubiera hecho unas fotos decentes es también, super bonita.
Y aunque en casa la hemos comido muchas veces,
creo que nunca la he hecho para nosotros. Quizás en alguna merienda si la he
preparado, no estoy segura. Por eso, nunca le he podido hacer fotos…. Así que
el último día del padre, decidí prepararla para que las hijas de Jesús, un
amigo nuestro, la disfrutaran con su padre. Pero claro, ya les avisé que iba a
ir un poco mutilada…. el blog es el blog… no les importó nada!!!
Esta tarta, tan típica de la tradición repostera
británica, es sin duda uno de mis bizcochos favoritos. También lo suelo hacer
en forma de cupcakes porque resulta más fácil de repartir, pero es más bonita
así, no créeis?
5 comentarios
Madre mía, ha quedado espectacular. Un abrazo
ResponderEliminarMe encanta la tarta mutilada, jejeje, yo también practico la mutilación a mis tartas y luego para nada les importa a los que se las comen, jejejej
ResponderEliminarLa próxima vez le pongo a la mía frutos secos...me encantan!!!
Un besito, te ha quedado preciosa!!!
Begoña te ha quedado preciosa la tarta...bsts guapa
ResponderEliminarEsta tarta es absolutamente deliciosa, como me gusta Begoña y que bien te ha quedado, ese corte habla solo y se come con los ojos eh.
ResponderEliminarBesines
¡ Cuánta verdad, encierran tus palabras Begoña !
ResponderEliminarNo nos importó nada que la tarta estuviera mutilada, aunque eso no tiene mayor significación, lo verdaderamente importante es que la tarta estaba EXQUISITA.
Puedo dar fe, de que es un tarta para disfrutar. Las bondades con que la describes son totalmente exactas y quizás te quedas corta. Creo que el tiempo que tardamos en "finiquitarla", fue inversamente proporcional al tiempo que imagino, necesitaste para elaborarla.
Se que buenos y abundantes ingredientes, adecuado instrumental y larga elaboración, no son suficientes para un producto final tan bueno y bonito, como esta tarta con la que tuviste la gentileza de obsequiarnos.
Por ello deseo, conserves muchos años esa técnica y esas manos que se necesitan para hacer algo igual.
Un abrazo