Arroz con Secreto Ibérico y Verduras

Ingredientes :

300 gr de Secreto Ibérico
200 gr de Pechugas de Pollo
2 Pimientos Verdes
½ Pimiento Rojo
1 Pimiento Amarillo
150 gr de Judias Verdes
1 cucharadita de Pimentón Agridulce de la Vera
Hebras de Azafrán
Colorante alimentario
3 Tomates Maduros
200 gr de Guisantes
400 gr de Arroz Bomba
150 ml de Vino Blanco
1 litro de Caldo limpio (opcional)
Perejil
1 Limón
Sal
Aceite de Oliva Virgen Extra
Preparación :

Vamos a empezar preparando todos los ingredientes. Cortamos el secreto ibérico y las pechugas de pollo en trocitos de bocado. Reservamos. Lavamos todos los pimientos y los cortamos en cuadraditos. Reservamos. Lavamos las judías, les quitamos los hilos laterales y las cortamos en cuadraditos. Pelamos los tomates y les quitamos las pepitas y el jugo. Cortamos la carne en cubitos pequeños. Reservamos. Si usamos caldo para mojar el arroz, lo mantendremos caliente. Yo suelo usar simplemente agua y directamente del grifo, que en mi casa sale ardiendo.
Con todos los ingredientes listos, podemos empezar a preparar el arroz. Ponemos la cazuela o paellera al fuego y vertemos un chorrito de aceite en ella. Cuando esté caliente, freímos las carnes (cerdo y pollo) y las dejamos hasta que estén bien doradas.
Incorporamos entonces los pimientos, las judías vedes una pizca de sal y bajamos el fuego, dejando que se vayan cocinando durante unos minutos. Añadimos el pimentón, unas hebras de azafrán y podemos echar también un poco de colorante alimentario, si queremos que el arroz nos quede con más color. Removemos todo bien, para que se repartan los ingredientes y que el pimentón no se queme.
Añadimos entonces el tomate picado, removemos bien y dejamos que se cocine a fuego medio, hasta que esté tierno y haya evaporado el agua. Esparcimos los guisantes por toda la cazuela, removemos bien y dejamos que hierva lentamente otros 4/5 minutos.
Esparcimos el arroz por encima del sofrito y lo removemos bien, para integrar todos los ingredientes y que todos los granos de arroz se impregnen de la grasa y los sabores de las verduras y la carne. Salamos y regamos todo con el vino blanco y dejamos que evapore el alcohol.
Añadimos entonces el caldo o el agua en la proporción que consideremos según queramos el arroz. Yo he echado el doble más una medidas de agua, que de arroz. Es la medida que siempre usaba mi madre, para que el arroz quede seco, pero no reseco. Ella, si lo quería secar más, al final lo metía unos minutos al horno. Si queremos un arroz más caldoso, añadimos tres medidas de agua por cada una de arroz.

Llevamos el arroz a ebullición, lo dejamos así 2/3 minutos, bajamos el fuego y dejamos que hierva suavemente durante 18/20 minutos más, hasta que el arroz esté bien hecho y se haya consumido el líquido. Entonces retiramos la paellera del fuego, tapamos el arroz con un paño y lo dejamos reposar 5 minutos.
Servimos el arroz espolvoreado de perejil picado y acompañado de una rodaja de limón.
Ya os lo he dicho en varias ocasiones que me he hecho adicta a los arroces. Me parece uno de los platos más completos, versátiles y deliciosos que se puedan preparar en la cocina. Siempre me sorprenden.

Me gustan este tipo de arroces sencillos, en los que puedes elegir los ingredientes (la carne y las verduras que más te gusten) y que tienes que ser muy torpe para que salga malo. Para mí el secreto está en hacer el sofrito con paciencia, preparando los ingredientes sin prisa y dejando que se vayan haciendo cada uno a su tiempo. Y por supuesto, no pasar el arroz. Debe hervir como máximo 20 minutos. Y si nos hemos equivocado con el líquido, pues unas veces comeremos el arroz más seco y otras más caldoso. A mí no me importa nada.
En este caso he usado como ingrediente principal el secreto ibérico. Para mi es todo un acierto, porque me encanta el sabor del cerdo ibérico (¿a quién no?) y porque el secreto tiene una textura muy especial. Quizás a todo el mundo no le guste, pero al masticarlo es totalmente diferente a cualquier otra pieza del cerdo. Es un poco correoso, pero a mí, es precisamente por lo que me gusta.

El resultado es un arroz sabrosísimo, muy completo y qué, si lo probáis, estoy segura de que os va a gustar. Mi madre siempre decía: “no tiene nada para estar malo”… nos tiene que gustar sin remedio.

2 comentarios

  1. ¡ Madre mía! Qué cosa más rica....
    Pues fijate, a mi el arroz me parece uno de los platos más difíciles de conseguir.
    Tengo que probar el secreto en la paella. Ya me imagino el saborcito....

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  2. Desde luego tiene una pinta brutal, supongo que el pollo lo echaste porque a alguna en casa no le gusta el secreto ¿verdad? :)

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